Consultoría de rendimiento

Una explicación muy sencilla, recibida en una barbacoa, me produjo un beneficio de 3 millones de euros. Lo que yo veía como un problema muy complejo, para la persona que lo dominaba con precisión era algo irrisorio.

Cuando uno está muy involucrado en un asunto, no puede ver la solución, pero un ojo ajeno, experimentado y conocedor puede ver mucho más claro. Me explico: ¡yo he pagado por mis lecciones con creces! No he aprendido de los errores de los demás, sino que he preferido sufrir (quizás inconscientemente) en carne propia, luchar, perder, rechinar los dientes. He aprendido a las malas, me he quemado, me he golpeado la cabeza cientos de veces.

Eso no significa que tengas que pasar por el mismo purgatorio. ¿Por qué razón en el mundo elegirías pasar por el mismo dolor y los mismos dolores de cabeza que yo, y muchos otros, hemos experimentado?

El fracaso ha sido un maestro que me ha enseñado que cuando estás tirado en el suelo, en realidad estás volando. El momento de gracia es ese momento mágico en el que te levantas del suelo y levantas los ojos hacia el sol.

De hecho, con cada epifanía que tuve, me he sentido más fuerte. Ahora miro hacia atrás con compasión y me pregunto: ¿realmente valió la pena el desgaste de esas lecciones? Claro, he conocido muchos multimillonarios, he visitado los lugares más famosos del mundo, he creado un negocio que vale más de 100 millones de euros, he inspirado a millones de personas; pero hay algo que no me deja en paz: que podrías repetir mis errores, en vez de lograr el éxito sin dolor, perdidas o daños.

Estoy seguro de que repetirás gran parte de mi calvario, de mis errores y confusiones, aunque yo no desee que eso suceda. De la experiencia que he acumulado a través de tantas experiencias, pero también de los fracasos, he adquirido la capacidad de radiografiarte en diez minutos y, si estás dispuesto, yo podría:

• salvarte, para que no pierdas tanto dinero (he perdido millones);
• ayudarte a ganar tiempo (nunca podré revivir ni recuperar los años perdidos);
• advertirte, para que no nades en el caos (he luchado durante años con los ojos vendados);
• explicarte qué hacer para no girar en círculos (a menudo me enredé en mis propias trampas).

He sido un lobo solitario durante años. Pensaba que lo sabía todo, hasta que finalmente he entendido que una pequeña información, pero comprendida y aplicada en el momento adecuado, puede cambiar fundamentalmente la lógica y el tamaño de mis negocios.

Un día conocí a un hombre muy sencillo. Como dije, estaba en una barbacoa. El hombre me explicaba apasionadamente su punto de vista y yo, en mi arrogancia, me sentía agobiado por su presencia e insistencia. ¿Qué diablos cree que sabe este tipo? Seamos realistas, el tío ese estaba explicándome una simple estadística.
Pues, poniendo en práctica su ecuación he generado un valor añadido de 3 millones de euros en los años siguientes. ¡No sé si te das cuenta de lo importantes que fueron esos minutos clave en los que enfoqué mi atención en una sola cosa!

Entendí muy pronto la importancia de los mentores; por lo tanto, decidí acercarme a ellos, aunque tuviera que pagar por eso. Desde siempre he considerado que es muy importante tener gente valiosa mi alrededor. Es como tener a mi alcance unos libros sagrados, o unos talismanes de sabiduría.

Pasaron los años y he conocido mentores, entrenadores, expertos a quienes he pagado un dineral. He invertido en mi educación como ningún otro. No conozco a ninguna persona que haya invertido tanto en su desarrollo personal como hice yo. He tomado miles de clases individuales y he pasado más de 45,000 horas en mi negocio (puedo comprobarlo) hasta que he conseguido ser uno entre los mejores en mi profesión.

Recuerda: si quieres ir rápido, ¡ve solo! Si quieres llegar lejos, ¡ve con las personas adecuadas a tu lado!
Un día un multimillonario me enseñó algo fundamental: un detalle insignificante puede diferenciar un millonario de un multimillonario. Stefan, recuerda, me dijo: «un simple matiz en la actitud puede impulsarte mucho más rápido a conseguir lo que quieres. El consejo de un experto puede resolverte los problemas que no te dejan dormir».

Una información bien asimilada, comprendida y aplicada me hubiera salvado del tormento y del tumulto por el que pasé como a ciegas durante años. Hay una epidemia de autodenominados maestros en el mercado que son nada más que charlatanes.

Tengo una pregunta clave: ¿cómo debe guiarte un mentor competente que, en mi opinión, debe estar validado por sus propios éxitos? Yo creo que un buen mentor debe:

• enseñarte invertir en ti mismo, porque lo considero vital; explicarte cuáles son los pasos que tienes que dar y mostrarte un estudio de caso en el que él mismo sea el ejemplo;
• impulsarte en tu negocio y llevarlo al siguiente nivel. Él te muestra que hizo, y cómo lo hizo, para hacer crecer su negocio; estas informaciones no las vas a encontrar en ningún libro;
• liberarte, explicarte cómo logró su independencia y describir su propio método, que fue lo que hizo para vivir una vida libre;
• facilitarte el acceso a la información inaccesible y esencial para tu negocio; explicarte sus métodos, sus secretos, con detalles y matices;
• darte su ejemplo personal, inspirarte lo suficiente para que sientas que has leído 100 libros. No tiene que contarte no sé qué cuentos de hadas, sino que tiene que hablarte de su propia experiencia.

¿Cuánto cuesta un año de silencio? ¿Cuánto cuesta un día tranquilo? Además, ¿cuánto vale un momento de silencio? ¿Cuánto cuesta un atajo para aprender a construir un equipo sólido? ¿A cuánto puede ascender una propina si va a facilitar que franquicies tu negocio cinco años antes? ¿Cuánto cuesta una linterna que te hace dejar de deambular como un sonámbulo por la oscuridad de los negocios?

¿Valió la pena pagar 100.000 euros por un secreto que luego me hizo ganar 150.000 Euros? La respuesta es obviamente sí. ¡Incluso puedes ganar más! Lo que importa es que estás ganando, el negocio está creciendo. Al principio me parecía totalmente absurdo pagar mi educación. Durante muchos años ironicé sobre los especialistas y me negué a gastar dinero para participar en cursos o seminarios; no quería gastar mi dinero, ganado con tanto esfuerzo, a cambio de obtener unas informaciones, hasta que me di cuenta de que estaba perdiendo millones de euros y muchos años de vida.

Por lo tanto, hice una trilogía y la nombre «Cuesta, pero»:

– La información cuesta dinero, pero importa.
– La motivación cuesta dinero, pero importa.
– La educación cuesta dinero, pero importa.

Pero si tu mente los percibe como simples gastos, nunca podrás acceder a ese tipo de información clave, escuchar ideas o estrategias brillantes. La información, la motivación, la educación, la inspiración no son gastos, sino inversiones.

La inversión en tu educación es la más valiosa que puedes hacer. Serás el espejo de tu negocio. El nivel de tu educación se refleja en el nivel de tu negocio.

Uno de mis sueños es que Rumanía sea El Dorado de los emprendedores, un estado capitalista donde los empresarios van a ser respetados, unidos y libres. Por eso llevo toda la vida dando consejos gratuitos y consultorías masivas sin conseguir un centavo. He inspirado a mucha gente, pero al mismo tiempo he descubierto que la gente no valora algo gratis o muy barato.

Efectivamente, no progresan. En cambio, respetan mucho las cosas en las que han invertido tiempo y dinero. Básicamente, si no sientes que estás haciendo un esfuerzo sustancial, no aprecias a tu mentor y ni siquiera puedes apreciar tu progreso.

Es por eso que quiero entrenar emprendedores. Amo la prosperidad y odio perder el tiempo. Por eso, después de tantos años, he decidido ayudar solo a las personas que se toman en serio su trabajo, a las que están dispuestas a invertir en su educación.

Como consecuencia, mi Trilogía anterior cambia como sigue:

– La información importa y cuesta dinero.
– La motivación importa y cuesta dinero.
– La educación importa y cuesta dinero.

Quiero inspirar, educar y motivar a través del ejemplo personal, en mi estilo, con mis métodos, mi energía, mi pasión, mi creatividad y con todos los conocimientos que tengo, adquiridos en más de 15 años de experiencia.
Para mí, el éxito de las personas que solicitan mi mentoría es pura motivación. Tengo suficiente dinero para vivir en una isla tropical con un avión privado, pero eso no me da el sentido de la vida. No estoy ardiendo de pasión con tener una vida cómoda.

Yo necesito algo que me suba la adrenalina. Es por eso que todo lo que hago en los negocios, lo hago con pasión y con la intención obvia de crear prosperidad en mi vida. El tiempo es muy valioso para mí; como tal, he decidido elaborar un formulario atípico, quizás te parezca extraño, para preseleccionar a las personas que quieren trabajar conmigo.

No pierdas tu tiempo escribiéndome si crees que no estás motivado para aprobar el examen y dispuesto a invertir mucho para pasar al siguiente nivel. El tiempo es el único recurso no renovable de la humanidad. Nunca podrás recuperar los momentos perdidos.

Yo no soy profesor, tampoco un pedagogo. Solo quiero hacer algo completamente original, nuevo e inconformista. Para mí, la consultoría de rendimiento no significa clases no presenciales en ZOOM, ni un grupo de WhatsApp o algunos correos electrónicos enviados automáticamente; significa química, inspiración, evolución, algo personal.

A lo largo de mi historia he trabajado (aun lo hago) con muchos mentores, pero con ninguno pude conectar profundamente hasta el momento en que nos conocimos en persona, cara a cara. La sincronicidad de las energías crea una energía nueva y una amistad a largo plazo. Por eso quiero conocerte. Estoy convencido de que nada sucede por casualidad, todo tiene un motivo.

Así que, si apruebas el examen, podrás ver cómo me comporto, cómo vivo, cómo actúo, puedes conocer mis negocios y mis métodos: con una sola condición: ¡que realmente te importe! Absolutamente todos mis métodos y todas mis estrategias deben ser personalizadas y adaptadas a tu carácter y personalidad.

El precio de una reunión es de 2000 euros. Número mínimo de sesiones: 10.

Definitivamente, debe haber compatibilidad entre nosotros: debo convencerme de que yo también puedo aprender algo de ti. Porque todo maestro es esencialmente un estudiante. La combinación de información financiera, psicología y nuestras historias personales pueden ayudarnos a ambos por igual.

Gracias a toda mi experiencia he descubierto una manera mucho más fácil (comparada con el trabajo duro al que me he sometido durante años como si estuviera loco), más rápida y más segura para alcanzar la prosperidad financiera. Puedes acceder a él. Tienes la oportunidad de descubrir los secretos que me impulsaron a conseguir mi éxito financiero. ¡Sueña, cree, actúa!

¡Cuéntame tu historia!